Las comidas son frescas y los ingredientes, naturales. Cada clase debe ir a buscar su carro de comida y antes se toman las medidas higiénicas necesarias. Los alumnos almuerzan en su clase y cada uno hace su parte. Después limpian, lavan, reciclan y todo vuelve a su lugar con el fin de estar disponible para el siguiente uso. El profesor les acompaña en todo momento. De esta forma, los niños aprenden sobre orden, disciplina y valoran el esfuerzo que hay detrás de cada comida.
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