Los niños de segundo de Primaria escribimos una carta para los amigos. Tú a aquel, yo a éste, y así. La señorita repartió los sobres y los sellos para que todo estuviera en orden y la carta llegase a destino. Pero... lo sorprendente de todo, es que alguien preguntó para qué servían esas pegatinas que estaban repartiendo. Y es que ya se sabe... en un mundo tan tecnológico como el que vivimos, las cartas pertenecen a una época remota.
Las cartas se llevaron al buzón de Correos que está situado en el Ayuntamiento.
Pero lo bonito del proceso está aún por llegar, cuando un día, se asomen al buzón de casa y aparezca, allí, la carta que su amigo escribió con tanto cariño para él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario